Cuidado del Recién Nacido: Todo Sobre el Baño, Cordón Umbilical y Más
El baño
El primer baño del recién nacido debe ser a partir de las 24 primeras horas, por varias razones:
el bebé nace cubierto de una sustancia natural llamada vérmix caseosa que le hidrata y le protege frente a infecciones
el uso de jabones o perfumes puede interferir, en estas primeras horas tan cruciales para la instauración de la lactancia materna, dado que el bebé se guía por el olfato.
No existe un consenso sobre la frecuencia ideal para bañar a un recién nacido. Tanto hacerlo diariamente como cada dos días, e incluso una vez por semana en algunos países, se considera adecuado. La decisión de la frecuencia del baño puede depender de si es un momento placentero o estresante para el bebé y los padres.
La bañera debe llenarse moderadamente, con unos 15-20 centímetros de altura, y la temperatura del agua debe oscilar entre 36-38 ºC. Antes de sumergir al bebé, es crucial verificar la temperatura del agua utilizando el codo o un termómetro.
Se puede sumergir al bebé, incluso si aún no se ha desprendido el cordón umbilical. Se recomienda utilizar un jabón suave con pH neutro en pequeñas cantidades, enjabonar al bebé con delicadeza y luego enjuagarlo.
La duración del baño no debe exceder unos pocos minutos en los primeros días para evitar que el agua se enfríe y el bebé se enfríe también.
La habitación donde se baña al bebé debe mantenerse a una temperatura de 22-24 ºC para prevenir que sienta frío al salir del agua. Después del baño, se seca al bebé con una toalla tibia de manera suave.
El pelo del recién nacido se puede limpiar diariamente en el baño con agua y jabón, asegurándose de secar bien la cabeza para prevenir el enfriamiento.
Se recomienda evitar el uso de colonias con olores intensos ya que puede interferir en el reconocimiento madre hijo a través del sentido del olfato.
La piel de los recién nacidos tiende a secarse naturalmente en los primeros días, ya que dejan de estar en contacto con el líquido amniótico y se exponen a un ambiente más seco. Por lo general, no es necesario usar cremas de manera rutinaria. Si la piel está demasiado seca, se puede usar una crema hidratante especial para bebés con el menor número posible de irritantes, como parabenos o perfumes.
Se puede limpiar la oreja por fuera con una toalla húmeda, evitando el uso de bastoncillos dentro del oído. La cera que se secreta en el conducto auditivo protege el oído de posibles agresiones, por lo que no se debe intentar extraerla.
Es fundamental tener todos los elementos necesarios para el baño del recién nacido a mano y nunca dejar al niño sin supervisión en la bañera o cambiador.
Limpieza del cordón umbilical
La limpieza del cordón umbilical debe realizarse de forma diaria. No es necesario utilizar alcohol u otras soluciones antisépticas.
Se deben seguir estos pasos:
Lavarse las manos previamente.
Limpiar la zona del cordón con agua y jabón.
Secar adecuadamente.
Cambios frecuentes de pañal para evitar que el cordón se moje cuando el bebé orina.
El cordón umbilical suele desprenderse entre los 7 y 15 días de vida.
Signos de alarma que son motivo de consulta al pediatra:
Enrojecimiento o inflamación de la zona del ombligo.
Cordón húmedo con secreción amarilla maloliente.
Sangrado a nivel del cordón umbilical. A veces, puede producirse un pequeño sangrado normal con la caída del cordón umbilical o el roce del mismo con el pañal.
Retraso en la caída del cordón después de los 15 días de vida
Cuidado de las uñas
Es común que los bebés nazcan con uñas largas. Es recomendable esperar hasta los 15 o 20 días de vida para realizar el primer corte con tijera, ya que durante los primeros días las uñas pueden estar adheridas a la piel del dedo, lo que dificulta el corte sin causar daño al bebé. Se pueden utilizar una lima fina de uñas o cortar cuidadosamente la punta sobrante después del baño en los primeros días.
Después de este período inicial, se puede emplear una tijera pequeña de punta roma, cortando las uñas de forma recta y evitando dejar picos en las esquinas que puedan causar arañazos o clavarse en la piel del dedo.
El pañal
Los recién nacidos pueden mojar entre 6 y 8 pañales al día y realizar hasta una deposición por toma. Es crucial cambiar los pañales con frecuencia para minimizar el tiempo que la orina y las heces están en contacto con la piel del bebé.
Se puede utilizar agua y una esponja con un jabón suave, si es necesario, o toallitas húmedas que respeten el pH de la piel.
Al limpiar a las niñas, se debe hacer de adelante hacia atrás para evitar que las heces entren en contacto con los genitales.
Luego, se seca la piel y los pliegues antes de colocar el pañal.
Al igual que en el baño, es esencial tener todo lo necesario a mano y nunca dejar al bebé sin supervisión, ya sea en un cambiador o en una cama, para evitar caídas.
La piel del área del pañal no requiere un cuidado especial en términos de cremas. Si la piel se enrojece o irrita, se puede usar una "pasta al agua" que contenga ózido de zinc para proteger la piel contra futuras agresiones.
Fuente: AEP
(*) La información ofrecida en NIBA PEDIATRAS está basada en recomendaciones oficiales de la Asociación Española de Pediatría y revisadas por nuestros pediatras. No debe usarse como sustituta de la relación con tu pediatra, quién, en función de las circunstancias individuales del paciente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí establecidas.