Almacenamiento y conservación de Leche materna

 

¿Cómo transportar la leche tras la extracción?

Una vez extraída, la leche se puede recoger con el mismo recipiente del colector de sacaleches, con un biberón o botecitos/bolsas especiales se recoge y se introducirá lo antes posible en una nevera portátil para su transporte. Una vez en casa, se debe guardar en el frigorífico o congelar según el tiempo de conservación que se quiera.

¿Cómo almacenarla?

Higiene de manos antes de manipular la leche. No es necesario lavar el pezón, con la ducha diaria es suficiente.

  • Una vez extraída, lo ideal es etiquetarla con la fecha y la hora de la extracción.

  • Tras la extracción, refrigerarla cuanto antes. Si se quiere congelar, se recomienda hacerlo en las primeras 24 horas desde la extracción.

  • Cuantos menos cambios de temperatura sufra mejor. Hay que evitar guardarla en la puerta de la nevera.

  • Se recomienda guardar pequeñas cantidades (60-120 ml) en la nevera o congelador, dado que lo que sobre de la toma, una vez descongelado, se tendrá que desechar.

  • A la hora de descongelar, escoger la que sea más antigua según la etiqueta. 

TIPO DE LECHE MATERNA TEMPERATURA AMBIENTE NEVERA CONGELADOR
Recién extraída en recipiente cerrado 6-8 horas a 25 °C o menos
Idealmente 3-4 horas
72 horas idealmente
  • Congeladores de nevera: 2 semanas
  • Congelador de puertas separadas: 3 meses
  • Congelador con Tª < -19°C: 6-12 meses
Descongelada en la nevera 4 horas (idealmente hasta la siguiente toma) 24 horas No volver a congelar
Descongelada en agua caliente Lo que dure la toma, lo que sobre se desecha 4 horas hasta la próxima toma No volver a congelar

¿Cómo descongelar la leche para dársela al bebé?

  • Lo ideal es descongelarla lentamente sacándola la noche previa a la nevera.

  • Si tenemos más prisa, podemos descongelarla calentándola en un cazo de agua caliente (fuera del fuego).

  • No se recomienda descongelar con microondas porque el calentamiento es irregular y puede producir quemaduras. Tampoco calentarla directamente en el fuego.

  • Tras descongelarla es necesario removerla, mezclándola bien, antes de dársela al bebé.

  • Una vez descongelada, podemos guardarla hasta 24 horas en la nevera

  • Si la hemos calentado, lo que sobre de la toma no podemos volver a congelarlo y deberemos consumirlo antes de 4 horas, guardándolo en  la nevera.

  • Sí que podremos mezclar en una misma toma la leche extraída en distintas fechas.

En ocasiones la leche descongelada adquiere un olor y sabor rancio por acción de la lipasa, una enzima presente en la leche que ayuda a la digestión de las grasas. No es perjudicial para el bebé, pero puede provocar su rechazo. Para evitarlo se aconseja la congelación inmediata de la leche tras su extracción.

¿Cómo administrar la leche extraída?

La leche fresca recién extraída es la que conserva el mayor número de propiedades. La refrigeración, la congelación y el calentamiento a altas temperaturas producen cambios en la composición de la leche materna. Por ello, la leche fresca es la que debe usarse en primer lugar, siempre que sea posible. A continuación, la leche refrigerada y, por último, la leche descongelada. Existen diferentes formas de administrar la leche extraída, según las necesidades de cada niño: biberón, vasito, cucharita, dedo y sonda, jeringa o sonda.



Fuente: Asociación española de pediatría

(*) La información ofrecida en NIBA PEDIATRAS está basada en recomendaciones oficiales de la Asociación Española de Pediatría y revisadas por nuestros pediatras. No debe usarse como sustituta de la relación con tu pediatra, quién, en función de las circunstancias individuales del paciente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí establecidas.


 
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